Muchas veces cuando se habla de DevOps parece que «sólo» se está interesado en desarrollar de manera más rápida permitiéndonos tener una altísima frecuencia de entregas (releases) y claro, con menor coste y con un incremento de la calidad, o sea más robusto. En definitiva: «Citius, altius, fortius»
Recientemente he leído un artículo que decía: «las empresas españolas no aprovechan el potencial de DevOps” … «el 69% de estas sí lo han implementado» … «el 73% de las empresas españolas está de acuerdo en que deben estar preparadas para experimentar y fallar en el camino hacia el éxito «…» un 91% de las empresas españolas cree necesario formular una estrategia para reflejar las prioridades del negocio «… pero «sólo 26% han abordado la transformación cultural completamente. «
En vistas de ello, ¿cuál es la situación real? ¿Es posible implantar DevOps, sin hacer el cambio cultural? DevOps puede ser o dejar de ser muchas cosas pero lo que sí es seguro es que plantea un nuevo paradigma donde las relaciones entre las áreas de Desarrollo y Operaciones fluyen de una manera que no es la habitual, y eso nadie lo pone en duda.
La cuestión es, ¿cómo conseguimos este cambio (transformación cultural), entre estas dos áreas (generalmente estancas) de Desarrollo y Operaciones? La eficiencia y la entrega inmediata versus el control y la consistencia.
Habitualmente, cuando esta conversación sale entre colegas del sector -actualmente casi no hay ocasión que no lo haga-, las respuestas y opiniones son muy diversas.
Los grandes casos de los que todo el mundo habla Netflix, Flickr o Amazon fueron empresas creadas con un sustrato perfecto para esta «tendencia» (y que me perdonen los puristas): dadle a un jardinero un jardín virgen y descubriréis qué es capaz de hacer. Ahora bien, ¿qué podrá hacer con un jardín donde las tierras están más que agotadas por la explotación continúa?
Siempre se puede acabar haciéndolo como años atrás se hacía con ITIL «implantándolo». Pero no parece que esta sea la solución idónea.
¿Cómo lo habéis conseguido vosotros? ¿Cómo conseguimos esta alineación e integración entre estas áreas? ¿Cómo provocamos esta «actitud»?
Y si conseguimos arrancar, ¿cómo mantenemos este impulso inicial?
Valeriano Castaño Aguilar
www.mctechadvisors.com
valeriano.castano@mctechadvisors.com
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